Además, esta gestión es un claro indicador de liderazgo profesional porque las organizaciones requieren profesionales que sean, al mismo tiempo, agentes de cambio para optimizar tanto el retorno como recursos y riesgos.
El cambio es una constante humana, ya lo decía Heráclito hace veinte siglos, pero lo que el sabio griego no podía ni siquiera intuir entonces es la velocidad de vértigo a la que se sucederían esos cambios hoy. La tecnología evoluciona tan rápido que cada avance se queda casi obsoleto de un día para otro y, en ese contexto, la sociedad se ve obligado a adoptar nuevas tecnologías, nuevas formas de trabajar, de comprar y hasta de interactuar. ¿Cómo hacerlo con la mejor garantía de éxito posible? La gestión del cambio es la respuesta.
Se apoya en el mejor conocimiento posible, no solo del mercado inmobiliario, si no de todo tipo de tendencias sociales, comerciales, tecnológicas, empresariales, demográficas y económicas.
Se trata de ver el bosque y los árboles, de proponer soluciones ad hoc para cada cliente, de ayudar a adelantarse lo más posible tanto a impredecibles de alto impacto como a las campanas de aviso que reconocemos en la interacción dentro del campo de Real Estate profesionalizado.